jueves, 16 de agosto de 2012

Jeanne D`arc

Juana de Arco
Nació el 6 de enero de 1412 en Domrémy-les-Greux, Francia. Hacia los trece años de edad comenzó a tener visiones deslumbradoras, en las que oía voces divinas que le aconsejaban fuese buena y piadosa, puesto que era la elegida para “salvar a Francia y hacer consagrar al Delfín” (Carlos VII). Enfrenta al ejército inglés y logra romper el sitio de Orleáns, y como consecuencia de este triunfo, el rey de Francia es coronado en la ciudad de Reims. El obispo Cauchon, afiliado al partido inglés, logró iniciar un proceso eclesiástico contra Juana. Los interrogatorios duraron largos meses. El texto de aquel proceso, que todavía se conserva, demuestra las manipulaciones puestas en juego para condenarla. Fue sentenciada a muerte en la hoguera por “herejía, rebeldía, apostasía e idolatría”. El día 30 de mayo de 1431, Juana de Arco fue sacada de la cárcel para ser quemada en la Plaza del Mercado Viejo de la ciudad de Ruan. La pira era más alta que de costumbre a fin de prolongar los tormentos, cosa que al propio verdugo le pareció muy mal. Cuando las llamas rodearon su cuerpo, después de haber besado con gran fervor y repetidamente el crucifijo, exclamó: – ¡Jesús! ¡Jesús!… Éstas fueron sus últimas palabras. Juana tenía sólo 18 años. El cuerpo quedó consumido por las llamas y sus cenizas fueron arrojadas al Sena. El mismo Carlos VII, al recobrar la ciudad de Ruan mandó revisar el proceso de Juana de Arco, que fue declarado injusto. En nuestros días la “Doncella de Orleans” es venerada en los altares como Patrona de Francia. Fue canonizada en 1920 por el papa Benedicto XV. Su fiesta se celebra el 30 de mayo, día de su ejecución.


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